“Los italianos somos muy exigentes y quejumbrosos, muy “intensos”, si alguien nos ha conocido lo podrá confirmar, y el ser intenso es visto como algo malo en México. Aquí se rige más por el conformismo, el “no hacerla de pedo”, el “calladito te ves más bonito”: en general el salir adelante sin quejarse y como se dice en el Norte, “a jalar que se ocupa”.